domingo, 30 de octubre de 2011

Destino

Caí en la cuenta de que aunque yo no hubiera entrado ese día por esa puerta, te habría conocido de todos modos. Que tarde o temprano habrías acabado formando parte de mi vida. Es irónico, ¿no? Estábamos predestinados a conocernos, fuera como fuere, estaba destinada a amarte, del mismo modo que sé que el destino quiso que te fueras y aún así no nos separamos, ninguno quiso perder al otro. Aunque los días en el calendario pasaran convirtiéndose en meses y que la distancia se hiciera insoportable, seguiríamos pensando el uno en el otro. El destino quiso volver a unirnos, como dos simples peones de su juego, y que nos encontráramos ese día en esa misma playa. Quiso que te recordara, que cambiaras el rumbo que iba a tomar mi vida. Estaba escrito. Del mismo modo que estaba escrito que lloraría por ti, que las lágrimas recorrerían mis mejillas, que el dolor se haría insoportable. Que no habría palabra de consuelo para llenar ese vacío que llevaba dentro. Pero por mucho sufrimiento, sé que eso me hizo más fuerte, que el destino me empujo a ser quien soy hoy. Que por muchos baches que haya en mi camino y por todos los palos que me golpeen seguiré adelante.  Con él junto a mí, tomándome la mano cuando me caiga y ayudando a levantarme pero sobretodo, a ser feliz.

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