viernes, 13 de abril de 2012

Me quedé atrapada como una hoja en el viento

Soñé con cielos impolutos, con miles de estrellas atrapándome, empequeñeciéndome, haciendo que me sintiera acogida entre sus brazos. Soñé con atardeceres anaranjados, rojizos, miles de colores fundiéndose en el momento más hermoso y más breve del día. Contemplé con admiración las fuertes olas que golpean las rocas, que se rompen, y que aunque lo hagan, detrás les sigue una nueva dispuesta a intentarlo, como si alguna quisiera poder alzar el vuelo y tocar con sus gotas el punto más alto del cielo. Volar y recorrer mundo, vivir, para que cada día cuente. Batir sus alas y que el viento recorriera cada una de sus plumas, cerrar los ojos y escuchar al viento. El viento, libre, que recorre a merced del azar localidades remotas, tierras perdidas, soñadas, paraísos aún no encontrados. El viento, que recoge una hoja bajo su manto, la rodea y la estrecha contra sí, la hace girar, hace que se sienta parte de aquel elemento que nunca se ve, pero sí se siente, no lucha contra él, le deja actuar sin tomar el control, sin querer ser el protagonista de esta maravillosa obra que es la vida. Del mismo modo que se dejó llevar la hoja, hacemos nosotros con el amor, nos guiamos por nuestro corazón, por una fuerza invisible que nos arrastra y nosotros la dejamos actuar libremente ajenos al dolor, a la desesperación que sentimos cuando el amor se va, y tan sólo nos queda en su lugar el maldito intento de olvidar la brizna que un día fue nuestra amada felicidad.

Estoy perdida sin ti


Para siempre

-Yo te prometo un para siempre, ¿tú me lo prometes?
-Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos.
-Bueno, aunque te odie, si me necesitas iré.
-No lo creo... Si me odias no me querrás ver...
-Pues cierro los ojos.
-No me querrás oír.
-Pues no te dejaré hablar...
-¿Entonces?
-Te abrazaré y te diré...¿Te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre? Lo decía en serio.
 


martes, 3 de abril de 2012

Quien trata de alcanzar el cielo de un salto puede caerse, es cierto. Pero también puede que vuele

Aunque construyan murallas que lleguen hasta el cielo, yo encontraré la manera de volar sobre ellas.  Aunque intenten atraparme con cientos de armas, yo encontraré un modo de resistir. Y hay muchos como yo ahí fuera, más de los que crees. Gente que se niega a volver a tierra, a dejar de volar sobre las nubes, a dejar de creer en el amor. Gente que ama en un mundo sin murallas, gente que ama sin fronteras, frente al odio, frente al rechazo, sin miedo y contra toda inseguridad de no ser correspondido.