jueves, 11 de octubre de 2012

Sí existe, yo lo he visto...

Un día, un filósofo, o como él dice, "alguien que intentaba filosofar", me dijo que el amor tal y como lo creemos conocer, no existe. Que nos equivocábamos al pensar eso de que el amor te hace volar, o que es mágico, que todo eso que se dice de que encontrar a nuestra otra mitad eleva nuestra esencia haciéndonos tocar el cielo, no son más que patrañas. Si no, que el amor en realidad, no es más que 
una cuestión química, hormonal. Nos empeñamos en buscar a otra persona porque así nos lo muestran las películas, pero realmente el amor no es más que una manera de que la especie sobreviva. También me hizo una gran pregunta, ¿Si el amor, nos causa dolor y tiene fecha de caducidad, por qué nos empeñamos en buscarlo? Bien, no creo que te vuelva a ver, ni que leas esto algún día, pero aquí tienes tu respuesta:
Todo tiene fecha de caducidad. Los yogures, una canción que pasa de moda, una camiseta que llevabas un año con ilusión y al siguiente no era más que otra del montón. Incluso, y creo que es lo que más obvio, lamentablemente, la vida tiene fecha de caducidad. Como dice esa gran frase: "La muerte está tan segura de ganarnos la partida, que nos da toda una vida de ventaja." Entonces me dirás: "Pues si es así, ¿para qué vivir?" Esa sería tu filosofía. Pues bien, yo creo que esa no es la pregunta que deberías "consultar con la almohada". La pregunta que todos nos deberíamos hacer, sería: ¿Por qué morir?
La respuesta es sencilla. Por algo que merezca la pena, por algo, que nos demuestre que vivir es maravilloso, que nos haga sonreír cada día, que nos haga caminar con la felicidad cogida de nuestra mano, que nos haga soñar. Que nos demuestre que el sol sale cada día. Es cierto que dolerá, es cierto que tiene fecha de caducidad, pero amar… por eso es por lo que vale la pena luchar. Eso es lo que nos empuja a seguir caminando cada día, la certeza de que algún día llegará la razón de vivir como si cada día fuese el último, nuestra vida.