Fue un amor brutal,
un temporal que dejaba las banderas arrancadas,
los arboles caídos sobre los coches,
las líneas sin servicio.
A veces fue hermoso como es hermoso mirar un huracán,
y fue un huracán por eso,
pero sobre todo,
por sus consecuencias.
La población de aquel país
tardó varios años en volver a la normalidad.
Lo curioso es que en ese país yo era el único habitante.
Ella era el viento, los pulmones brutales de la duda,
de mi invierno.
un temporal que dejaba las banderas arrancadas,
los arboles caídos sobre los coches,
las líneas sin servicio.
A veces fue hermoso como es hermoso mirar un huracán,
y fue un huracán por eso,
pero sobre todo,
por sus consecuencias.
La población de aquel país
tardó varios años en volver a la normalidad.
Lo curioso es que en ese país yo era el único habitante.
Ella era el viento, los pulmones brutales de la duda,
de mi invierno.