miércoles, 21 de septiembre de 2011

Si no arriesgas, nunca sabrás si puedes ganar

No me arrepiento de lo que hice. De nada. En realidad me alegro de habértelo dicho. Esperé mucho de ti y al final resultaste no ser ni la mitad de como yo pensaba que eras. Me decepcionaste, sí. Te odié como no he odiado nunca a nadie. Lloré hasta que no me quedaron más lágrimas que derramar. Pero todo eso pasó, ya no estoy en esa etapa de mi vida. Ahora me conformo con poco, antes quería llegar a estar sobre las nubes y ahora prefiero tan solo no volver a rozar el suelo por ti.

2 comentarios:

  1. Qué mal estás de la cabeza (iba a decir estabas, porque esto es 2011, pero seguro que lo estás, la gente no cambia). Tanto amor y desamor... déjalo ya, vive la vida real y deja de pensar que todo el mundo tiene defectos menos tú, ya que tu sola existencia es un error

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  2. mmm.. ¿quién eres tu para juzgar? ¿a caso me conoces? no sabes nada de mí, ni de quien soy, así que será mejor que pienses antes de decir las cosas. Y lo de tu sola existencia es un error, no sé quién eres pero si tanto te interesa la vida de los demás que quieres que te diga, cómprate una. Escribo lo que quiero y cuando quiero y si no te gusta, no sé ni para qué has leído mi blog.

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