miércoles, 18 de julio de 2012

Mi corazón ya había cerrado algunas heridas


Realmente, admítelo. Nunca te hice falta. Llegó el momento en el que incluso hubieses preferido ni saber mi nombre. Ocupé tu vida sin pedir permiso y me llevé la llave conmigo. Es extraño pensar que ha llegado el momento de borrar nuestro recuerdo. De quemar esa página de mi vida. Pero justo cuando tengo el fuego en mi mano apareces. Arrebatándome la fuerza y con ella la llama que en mi interior se había encendido furiosa. Ardiendo de ganas de arrasar con todo a su paso, apareces; buscando tinta con la que poder seguir escribiendo en mi alma. No me busques. Tú nunca me echaste de menos. No alimentes sentimientos vanos. No sigas atormentándome mientras sueño. Decidiste meterte en mi vida, decidiste permanecer junto a mí. Pero si pensabas irte debes saber, que yo, nunca entro en un sitio sino tengo ni idea de cómo podré salir. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario