sábado, 19 de mayo de 2012

Llámalo amor

Trescientos sesenta y cinco días al año, ocho mil setecientas sesenta horas, quinientos veinticinco mil seiscientos minutos, treinta y un millones quinientos treinta y seis mil segundos. Es algo irónico, ¿verdad? Dime, ¿quién lucha por algo que ya está perdido? ¿Quién sería tan estúpido de aferrarse al amor no correspondido? De perder tanto tiempo soñando con algo con lo que es inútil soñar. Es difícil seguir peleando en una batalla en la que eres el único que lucha, el único que se deja la piel por la persona a la que ama. Una contradicción entre razón y corazón. No espero conseguir mucho, es más, no es pero conseguir nada. Mi estrategia es que simplemente, un día, no se cómo, ni sé con qué pretexto, por fin me necesites. 


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