Y es que da igual cómo sea,
que nos caigan las cornisas del mundo en la espalda,
que llueva el desamor todo un invierno
o que la palabra fracaso nos siente como un traje a medida.
Da igual.
Seguimos manteniendo intacta la ilusión
—tengamos o no esperanza—
de que cualquier día
algo maravilloso
todavía nos pudiera suceder.
-Marwan
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