sábado, 15 de noviembre de 2014

Cuando deje de llover

Otro día más. Llueve. Y mi alma hace tiempo que dejó de resplandecer. Bajo el manto de la tristeza mi corazón se escondió preguntándose cuándo te marchaste y dejaste de quererle.
Y mientras llueve, un paraguas cubre mis ojos, que cansados de llorar no lo logran soportar y se humedecen una vez más.
El viento sopla, y con él se van nuestras memorias. Todo cuanto conocía aquí, escuece, y esta lluvia parece alcohol que ayuda a que la herida aumente.
El corazón no sé si late. Hace tiempo que lo dejé de escuchar, de por él dejarme guiar. Y es que cuando está roto en mil pedazos, ¿qué más puedes esperar?
Y no lo negaré, es cierto, aún te echo de menos, me cuesta admitirlo pero es la verdad, tu amor no resulta fácil de olvidar.

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