domingo, 7 de septiembre de 2014

Hace tiempo que no te digo buenos días y buenas noches, y, ¿sabes? Estoy bien.

Ayer. Te quise.
Dolor, intenso, insoportable, duro, inmesurable.
Noches en vela, con la nostalgia y la soledad como únicas compañeras.
Lágrimas recorriendo mis mejillas como jinetes de carreras.
Y silencio, demasiado silencio.
Hoy. Te superé.
Ya no me dueles.
He paseado por las calles de Madrid y tu fantasma ya no me persigue.
Todo quedó borrado a cada paso que yo daba.
Ni Debod ayer nos contemplaba. Y lo mejor es que así es como debe ser.
Y me siento bien.
Mañana. Te olvidaré.
Todo va bien.
¿Ves mi sonrisa? No es gracias a ti.
Mil gracias por haberte ido, me di cuenta de que eras tú el que complicaba aún más mi camino.

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