domingo, 23 de septiembre de 2012

A una hora y cuarto de ti

He tratado toda mi vida de huir del dolor. De escapar de todo aquello que me entristeciera. De no llorar por cosas que realmente no lo merecieran. Y haciéndolo me hice fuerte, conseguí formar una coraza que impedía que el dolor se abriese paso a mi corazón. Y entonces apareciste, rompiendo todos mis esquemas, quitándome poco a poco esa fortaleza que había construido a mi alrededor desde pequeña, consiguiendo con ello llegar hasta lo más profundo de mi ser. Rompiendo mi escudo de la única forma que podrías haberlo hecho. Queriéndome por lo que soy. Amándome sin límites. Puede que todo aquello de lo que traté de huir, venga. Pero no me arrepiento de todo esto que nos ha pasado. Es mas, nunca había sido tan feliz. Sólo sé que quiero que seas tú el único que consiga que el corazón se me salga del pecho. El único que con cogerme la mano haga que me recorra un escalofrío por todo el cuerpo. Quiero que seas tú y sólo tú, quien me bese al atardecer y me despierte con un: "Buenos días, princesa." Quiero que seas es el responsable de mi sonrisa. Quiero recorrer mundo junto a ti. Pero sobretodo, quiero que conmigo seas feliz. Que aunque estemos a 464 kilómetros, no importe. Que la nostalgia no nos venza. Porque sí, es cierto que la distancia nos impide vernos, pero no querernos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario