Pero esta vez, cogí mi paracaídas, decidí no rozar el suelo sino saltarlo. Pensé que ya era suficiente, que ya me había cansado de todo aquel dolor y que si esta vez tenían ganas de pelear serían ellos los que tendrían que encontrarme porque no era yo quien saldría a buscarlos. Sino que esta vez, era tiempo de buscar felicidad, ilusión y esperanza, aprovechar cada instante, sonreír a cada momento, tiempo de amar, de vivir, de disfrutar. De no pensar, de arriesgarse, de coger un cohete al país de Nunca Jamás y no volver, dejar de crecer. Porque aunque no lo parezca, cuanto más mayor eres, más se complica todo.
sábado, 3 de diciembre de 2011
El país de Nunca Jamás
Pero esta vez, cogí mi paracaídas, decidí no rozar el suelo sino saltarlo. Pensé que ya era suficiente, que ya me había cansado de todo aquel dolor y que si esta vez tenían ganas de pelear serían ellos los que tendrían que encontrarme porque no era yo quien saldría a buscarlos. Sino que esta vez, era tiempo de buscar felicidad, ilusión y esperanza, aprovechar cada instante, sonreír a cada momento, tiempo de amar, de vivir, de disfrutar. De no pensar, de arriesgarse, de coger un cohete al país de Nunca Jamás y no volver, dejar de crecer. Porque aunque no lo parezca, cuanto más mayor eres, más se complica todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario